El timbre aterciopelado de una voz siempre joven se acompaña del poder con escazas notas hacer melodías imperdonables, inolvidables, en frases sinceras como si nada, y deja ver una verdad y una soltura que delatan que la nobleza y la sensibilidad no tienen que ver con clases. El desliz tan ligero como sostenido de un vibrato que atravieza cuerpos cual el calor sordo de un sol único brillando al unísono, deja miles de frases cosquilleando la memoria de esos cuerpos mientras las canciones comunican con su lenguaje, dadas a los corazones que las entiendan y a las lenguas que entre sus tarareos las traduzcan para sí mismas.
Un príncipe armado de discos múltiples como grabados claros de una espada noble que atraviesa corazones. Es lo guapo, lo animal, lo lúcido de una flor que brotó intensa una sustancia inolvidable. Cerati es prolífico, brillante, es un referente, un influyente y lo que me acude después de un largo velar y saber de su muerte es brotar un poco y decir sí, es por tu polen, por tus formas amplias que siempre llegan a tiempo como todo lo claro y simple de un buen mensajero. Otra vez se cierra algo, otro ángel se va a los cielos, también todas sus palabras, pero quedaron los efectos, como un arcoíris o un escarabajo de carcasa iridiscente, titilando entre el humo, la luz y el calor de atmósferas de esas que no se olvidan. De cuentos que quedan dando vueltas, de canciones burbujeantes y huecos resonantes llenos de sentido. Gracias gus, gracias por la entrega.
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